cumpliendo
Publicado: 16 Abr 2021, 06:16
Instrucciones
Me había convertido por fin en la Señora de los Barcos.
Todo marchaba según mis planes y, el poder que me había sido prometido comenzaba a hacerse notar.
Había ido escalando posiciones para congraciarme con mi nuevo señor, y ahora tenía la posibilidad de ofrecerle de manera directa e indirecta, el servicio de mi pueblo entero.
Seguramente el Gran Señor de la Oscuridad estaría satisfecho con mi labor.
Mientras me encontraba pensando en todo aquello, me dirigí hacia el lugar convenido de antemano, que era en donde usualmente otros amigos siniestros me reportaban sus labores, o bien, ocasionalmente, recibía instrucciones de más arriba.
Habían pasado algunas semanas desde la última vez, pero yo asistí puntual a aquella cita.
Desplacé con el poder las rocas que disimulaban el escondite, y recuperé el pergamino fuertemente enrollado que ahí yacía.
En aquel papel simplemente decía lo siguiente: cancela cualquier plan, se te ha emplazado a reunirte con alguien de suma importancia.
Lo quemé como era previsto que hiciera, y me pregunté por aquella curiosa instrucción.
Lo haría, por supuesto, todo con el fin de seguir posicionándome y demostrando de todo aquello de lo que soy capaz.
Los dos días convenidos pasaron, y me encontré abriendo un acceso al lugar en el que me habían citado.
Allí me esperaba un individuo al que yo no pude distinguir, pues sus rasgos aparecían borrosos ni bien intentaba fijar mi vista en él.
No obstante, habló y sus palabras me causaron cierta preocupación, pues sabía muy bien quién era la persona a la que se refería.
Existe una mujer con la que has tratado en ocasiones anteriores. La he vigilado, y su poder no me es desconocido.
Quiero que mantengas en secreto esta misión, y que la atraigas a mi, pues otros han intentado matarla ya, aún contraviniendo mis instrucciones.
Pero será una herramienta valiosa al servicio del Gran Señor de la oscuridad.
Hazlo y evita fallar, pues grandes recompensas te esperan si continuas dando tan buenos resultados.
Regresé al camarote principal con un solo objetivo en mente.
Debía lograr convencer a mi amiga de unirse a la que ahora era también mi causa.
Me había convertido por fin en la Señora de los Barcos.
Todo marchaba según mis planes y, el poder que me había sido prometido comenzaba a hacerse notar.
Había ido escalando posiciones para congraciarme con mi nuevo señor, y ahora tenía la posibilidad de ofrecerle de manera directa e indirecta, el servicio de mi pueblo entero.
Seguramente el Gran Señor de la Oscuridad estaría satisfecho con mi labor.
Mientras me encontraba pensando en todo aquello, me dirigí hacia el lugar convenido de antemano, que era en donde usualmente otros amigos siniestros me reportaban sus labores, o bien, ocasionalmente, recibía instrucciones de más arriba.
Habían pasado algunas semanas desde la última vez, pero yo asistí puntual a aquella cita.
Desplacé con el poder las rocas que disimulaban el escondite, y recuperé el pergamino fuertemente enrollado que ahí yacía.
En aquel papel simplemente decía lo siguiente: cancela cualquier plan, se te ha emplazado a reunirte con alguien de suma importancia.
Lo quemé como era previsto que hiciera, y me pregunté por aquella curiosa instrucción.
Lo haría, por supuesto, todo con el fin de seguir posicionándome y demostrando de todo aquello de lo que soy capaz.
Los dos días convenidos pasaron, y me encontré abriendo un acceso al lugar en el que me habían citado.
Allí me esperaba un individuo al que yo no pude distinguir, pues sus rasgos aparecían borrosos ni bien intentaba fijar mi vista en él.
No obstante, habló y sus palabras me causaron cierta preocupación, pues sabía muy bien quién era la persona a la que se refería.
Existe una mujer con la que has tratado en ocasiones anteriores. La he vigilado, y su poder no me es desconocido.
Quiero que mantengas en secreto esta misión, y que la atraigas a mi, pues otros han intentado matarla ya, aún contraviniendo mis instrucciones.
Pero será una herramienta valiosa al servicio del Gran Señor de la oscuridad.
Hazlo y evita fallar, pues grandes recompensas te esperan si continuas dando tan buenos resultados.
Regresé al camarote principal con un solo objetivo en mente.
Debía lograr convencer a mi amiga de unirse a la que ahora era también mi causa.