En búsqueda de respuestas

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Findel
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Registrado: 15 Dic 2022, 12:58

En búsqueda de respuestas

Mensaje por Findel »

En búsqueda de respuestas
Participantes: Raden, Rengi
Punto de vista: Raden
Como todas las mañanas, el cantar de las aves que anidan en el árbol cercano a la ventana de mi habitación me despertó. Ayer mi día había sido terrible, tras regresar a mi casa no solo tenía las heridas sufridas por la pelea con los asaltantes, o amigos siniestros según ellos (su condición aún sigue siendo una incógnita para mi), sino que además me encontraba conmocionado por el suceso que tuve con el poder. Tras mucho pensar durante la tarde del día anterior, ya lo tenía decidido, debía ir a la torre negra en búsqueda de respuestas y afrontar lo que tenga que afrontar, sino muy probablemente el poder único me destruiría no solo a mi sino también a todos a mi alrededor.
Me levanté, y tras prepararme el desayuno me fui a tomarlo en el comedor de la posada. Era bastante temprano, así que solo había unos pocos viajeros madrugadores tomando su desayuno. Busqué una de las mesas en el rincón, y me senté solo a tomar mi desayuno. Mientras lo tomaba, no podía sacarme de la cabeza mi experiencia de ayer, y sobre todo si al ir a la torre negra me aceptarían, o sería rechazado. ¿y si lo de ayer solo había sido una ilusión?
Tras tomar el desayuno decidí que había llegado el momento. Ya no podía seguir posponiendo el momento de ir a la torre negra.
Tomé mi mochila con algunas provisiones, ya que, si bien la torre no queda tan alejada de la ciudad, seguramente necesitaría algo de agua y comida.
Tras una caminata de algo menos de dos horas, finalmente llegué al pueblo de la torre negra. Sinceramente me sorprendí al ver como estaba surgiendo el pueblo, tenía murallas a su alrededor y todas sus entradas eran custodiadas por soldados. Al llegar al pueblo me encontré con un pequeño túnel alumbrado con abundantes bolas de luz donde había un control de acceso al pueblo. Al verme, un soldado se dirigió a mí, para interrogarme respecto a cuál era el motivo de mi visita al pueblo de la torre. Buen día soldado, le dije, necesito hablar con un asha’man o alguien que pueda ayudarme, he tenido un suceso con el poder único, y necesito respuestas. Bien, acompáñeme, veremos si algún asha’man puede atenderle. El soldado abrió las puertas de entrada al pueblo, indicándome con un ademán que lo siguiese.
Tras caminar por el pueblo durante unos minutos, finalmente llegamos a lo que parecía ser un edificio amurallado con murallas que eran semejantes a la muralla principal, siendo de roca negra con sus torres y almenas. Justo en frente del edificio, no sé si por casualidad, o quizás los soldados ya habían informado de mi llegada, se encontraba un hombre que en apariencia paseaba por el lugar. Por el uniforme que llevaba se distinguía claramente que era un asha’man. Al verlo le hice una reverencia y con mi voz algo temblorosa le dije: 'saludos, Asa’man. he decidido recurrir a la torre negra porque creo que puedo encauzar el poder único. Ayer he tenido una experiencia bastante... extraña'
Al escuchar mis palabras, el asha’man se detuvo de su paseo y rápidamente se acercó a mí, clavando su vista en mí, evaluándome de pies a cabeza, pareciese que con su mirada intentaba ver inclusive qué había dentro mío, hizo un gesto con los labios, parecía que estaba pensando profundamente. En esos momentos, ya me encontraba bastante ansioso, trataba de no dejarlo translucir, pero creo que el asha’man con toda su experiencia igualmente podía notarlo. Vaya… vaya… así que eres un potencial encauzador; y ¿cómo te llamas, muchacho? Mi nombre es Raden. Bien, Raden, mi nombre es Rengi. Ahora bien, ¿cuál ha sido tu experiencia, muchacho?
Ayer, mientras caminaba por la ciudad unos salteadores intentaron acabar con mi vida, o secuestrarme, aún no descifro bien sus intenciones. En medio de la desesperación sentí que un poder fluía en mi cuerpo, y de alguna forma logré sacarlos de encima mío, hasta que vino la guardia.
creo que fue el aire que los empujó, no lo termino de entender. luego de eso, al regresar a mi casa comencé a tener dolor de cabeza intenso y algo de fiebre
Mientras yo le contaba mi historia, el asha’man sacó una pipa y la llenó con lo que parecía ser tabaco de dos ríos. A lo lejos, se podía escuchar algunos retumbos que resonaban con intensidad
Tras contarle mi historia al asha’man me sentí un poco mejor, finalmente le pude contar lo que me había sucedido a alguien que quizás podría entenderme.
Nuevamente, el asha’man me miró fijamente, como evaluando si lo que le había contado era cierto o no. pareciera que sí, pero no me acaba de convencer, ¿cómo podría saber que lo que dices es cierto? muéstrame algo, cierra tus ojos, concéntrate, intenta relajarte y sentir la conexión con dicho poder, abraza la fuente para mí, por favor.
Había llegado el momento, tenía que demostrar que era capaz de encauzar el poder único. Pero en verdad, yo no sabía como lo había hecho el día anterior. Traté de seguir sus consejos. Cerré mis ojos, intenté dejar mis emociones a un lado hasta que finalmente lo vi, el poder estaba ahí, esperándome, intenté asirlo, ¡pero no podía! ¿Y si me había equivocado? Traté de calmarme un poco más, ese poder seguía ahí, llamándome, finalmente de alguna forma logré asirlo. Ahora que lo hice conscientemente, y que estaba más atento la experiencia fue aún mejor, el poder fluía en mí, era algo inexplicable, creo que si se lo permitía ese poder me consumiría. Podía apreciar todas las cosas con mayor detalle, ya que mis sentidos se amplificaban por causa del poder.
El asha’man, al notar que yo era capaz de encauzar el poder único sonrió cálidamente, al tiempo que le daba una última calada a su pipa y la guardaba.
Bien, veo que eres capaz de encauzar el poder único. Con la instrucción correcta, podrás hacerlo a voluntad.
Ya más relajado le respondí: me costó un poco, creo que los nervios y la ansiedad no me ayudaron.
El asha’man se rascó la cabeza, y mirándome fijamente me preguntó: ¿nervioso? ¿por qué?
Es que... tantas historias sobre encauzadores varones que he oído... me siento temeroso y esperanzado a la vez, con sentimientos contrapuestos.
Mientras hablábamos, el asha’man sacó un cuaderno y, sin perderme la vista parecía que anotaba cosas sobre mí en su cuaderno.
comprendo, no estés nervioso. En ese momento se acercó , y poniendo su mano cálida en mi hombro continuó diciendo: en un principio, todo aquel que viene por voluntad propia, viene buscando respuestas. Respuestas de por que me sucede esto, por que siento esto, y más por ques, que irás respondiendo en tu estadía aquí. Lo cierto es que no podemos ignorar que encauzas, y en este momento sin las indicaciones correctas, podrías ser un peligro, no para nosotros, si no para las personas que te rodean.
Tras estas palabras, el asha’man terminó de escribir en su cuaderno y lo cerró repentinamente al tiempo que exclamaba: ¡no se hable más! Y con un fuerte grito para que pueda ser oído por las personas que andaban cerca exclamó: ¡señores, tenemos un encauzador!
De algún lugar, sacó una chaqueta negra y me la entregó. Mientras me entregaba la chaqueta, algunos hombres curiosos llegaban tras oír el grito del asha’man, a medida que me iban viendo me daban cálidamente la bienvenida a la torre. El asha’man Rengi señaló a un par de soldados y señalándome a mi les indicó: ¡llévenlo, comida, agua y ropas!
En ese momento, se abrió la puerta de la torre negra, y acompañado de los dos soldados me dirigí a la torre, mientras que varios hombres continuaban acercándose a mi para darme la bienvenida.
Al traspasar la puerta, uno de los soldados que me acompañaba me dijo: Ahora sí, ya estás dentro de la torre, desde hoy este será tu nuevo hogar.
Asentí solemnemente a sus palabras. En lo más profundo de mi interior sabía que así era, desde hoy la torre negra sería mi hogar en el mundo, tendría compañeros que, probablemente, se convertirían en amigos, los cuales eran encauzadores al igual que yo. sería el lugar en el que seguramente debía pasar un duro entrenamiento, pero ese entrenamiento no sería en vano. Mis maestros se asegurarían de sacar lo mejor de mí, y yo… yo estaba dispuesto a dar lo mejor para que así sea.


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