Nacido en la tierra de los tres pliegues, siempre quiso vivir aquellas aventuras de las que tanto había oído hablar a su padre. Participar en guerras, defender a su gente de los extraños invasores, incluso de los seres de cuencas vacías si hiciera falta.
Tras un arduo entrenamiento, consiguió adquirir bastante ji entre los suyos, cuando tuvo que defender su septiar de las bestias saido que sin honor alguno, capturaban y tomaban gaisain a diestro y siniestro sin tener en cuenta la edad de los niños o de las mujeres que se encontraban en el septiar.
Los suyos digeron que ya estaba preparado, así que salió con parte del septiar jindo a las tierras húmedas, siempre al servicio del car'acarn.
Se quedó impresionado por tanto como derrochaban en aquellos lugares, como en la capital del reino de Andor, que para darse un baño necesitaban tanta agua como él había visto desde que era un niño, pero pronto se adaptó a todo aquello si quería vivir entre los andoreños, pues es lo que había dispuesto Al fin y al cabo, hacía lo que veía al resto de su gente..
Defendió las tierras del car'acarn con su vida si hizo falta, hasta que tuvo que volver a la tierra de los tres pliegues, pues los saido estaban volviendo a atacar a las gentes de su septiar, y había que defendderlo.
El car de los Taardad había desaparecido, y nadie sabía de él, así que se puso al mando, pues el aataque estaba muy desorganizado. En las estrategias que había aprendido, fue capaz de organizarse, retirarse y desde zonas algo más alejadas, poder atacar con celeridad a los perros saido.
Pero no duró mucho tiempo, pues una flecha llegada desde lejos y por su espalda, le hizo caer en un brusco despertar, mas los elfinios le dieron otra oportunidad debido a todo el ji que había adquirido tanto para los suyos como con las gentes de las tierras húmedas, y descubrió que tenía otras habilidades.
Cuando volvió a la vida, algo fluía ddentro de él con mucha fuerza, algo que no sabía controlar, y que no sabía si debía dejar salir, pero era algo que debía aprender a utilizar. Se puso en contacto con algunos llllllllllllsoldados de la torre negra que se lo encontraron perdido y vagando desorientado, sin saber qué hacer ni dónde encontrar a su gente, pues el entramado es caprichoso y no te deja al calor de tu gente.
Estos soldados, le dieron covijo en su torre negra y su m'ael, le enseñó todo cuanto pudo antes de que tuviera que volver a su tierra.
Le resultaba algo extraño, ya que en lo más recóndito de su ser, no podía entender cómo era posible que todo lo realizaran con el poder, hasta para calentar agua.
Mas sabía que debía controlarlo si quería sobtrevir, si el entramado le estaba dando una segunda oportunidad, no podía desaprovecharla.
No recordaba demasiado, pero sí algunas tpecnicas de lucha que había perfeccionado con el tiempo y con su uso, recordaba que todo lo que sabía acerca de la lucha cuerpo a cuerpo lo había aprendido en algún tiempo remoto, pero no lograba saber como, hasta que en sus sueños se introdujo una sabia, como así le hizo saber y le recordó parte de su pasado, quién era y de dónde provenía, que debía volver a su tierra cuanto antes, pues allí le esperaban, sin saber qué había sido de él.
No quería defraudar a los suyos, fuera de donde fuera, con lo que tuvo que aprender con celeridad lo referente al poder para no hacerse daño ni tampoco a aquellos que lo rodean.
No sabía cómo regresar, pues no recordaba nada, así que acudió a las gentes de la torre negra para que le ayudaran a reegresar, y así es cómo la vida de este guerrero lancero va transcurriendo sin saber dónde llegará, ni cuál será su final.