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(relatos) historia de Indrela

Publicado: 21 Ene 2023, 20:33
por Yelena
El origen

Indrela tenía 16 años y vivía con sus padres en Arien, un pequeño y pacífico pueblo de Andor. Su madre era herborista y su padre comerciante, por lo que había recibido una educación bastante buena en ambas áreas, aunque donde tenía más talento era en el uso de plantas medicinales. Su padre también le había enseñado a defenderse, le había mostrado como un inofensivo bastón de caminante podía convertirse en un arma mortal si se sabía utilizar correctamente. Era bastante estricto y nunca había dudado en usar una vara o un cinturón cuando consideraba que su hija no se esforzaba lo suficiente o que era perezosa.

Aquel día indrela despertó con la clara sensación de que algo estaba a punto de suceder, algo que cambiaría su vida. Al encontrar a sus padres cubiertos de yagas y con fiebre alta supo por qué, la plaga había llegado a su pueblo. Pronto la enfermedad y el miedo se extendieron como un incendio, la gente corría por las calles asustada, aquejada de síntomas que en algunos casos eran fruto de la ansiedad y en otros de la plaga real. Proliferaron los vendedores de remedios y amuletos que prometían protección y cura de la peste, lo que dificultaba en gran medida el trabajo de los sanadores como indrela, que utilizaban el conocimiento de las plantas medicinales para aliviar a los enfermos. Su madre le había enseñado a Indrela todo lo que sabía sobre las propiedades curativas de las hierbas, por lo que pasó unos días terribles de hogar en hogar, de paciente en paciente, preparando infusiones y cataplasmas que sanaran aquellas terribles yagas y bajasen la fiebre. Sin embargo, todo eso no fue suficiente para salvar la vida de sus padres, ella veía como cada día la plaga los iba debilitando hasta consumirlos.

Cuando por fin los contagios dejaron de sucederse y los enfermos comenzaron a recuperarse el pueblo entero suspiró aliviado, la pesadilla había terminado con solo dos muertos. Solo dos... Cada vez que escuchaba esto Indrela odiaba a sus vecinos y sentía la clara necesidad de alejarse del lugar, a pesar de que aquellas personas a las que había ayudado con sus remedios naturales le estaban profundamente agradecidas. Sabía que sus conocimientos no habían podido ayudar a sus padres por lo que aquellos buenos deseos y aquel ambiente festivo no la reconfortaba en absoluto, sino que la sumía más en la tristeza por su pérdida.

Durante el tiempo que había durado la plaga Indrela había estado barajando una idea en la cabeza, ¿no sería mucho más eficaz el poder único a la hora de tratar enfermedades que todos aquellos ungüentos e infusiones? ¿no sería una manera de hacer algo mucho más importante, especialmente con la última batalla a las puertas? No sabía si podría encauzar o no, pero en Tar Valon siempre habría oportunidades para alguien como ella, con conocimientos de comercio y de curación, aunque no consiguiera entrar en la torre blanca. Su padre tenía un amigo que iba a viajar por negocios a dicha ciudad, por lo que en cuanto las celebraciones terminaron y él estuvo listo preparó una pequeña bolsa con lo poco que se quería llevar de su casa y partió hacia la búsqueda del poder y de una verdadera posibilidad de cambiar las cosas.