Vida de Iserion

foro donde se publicarán relatos y roles sobre los personajes del MUD.
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Iserion
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Vida de Iserion

Mensaje por Iserion »

(Relato) vida de Iserion

soy iserion Soirhem, señor de una gran mansión situada en la parte norte de Cairhien. Tras la muerte de mi padre, al ser hijo único, la responsabilidad cayó sobre mí. Empecé desde lo bajo, con pocos aliados, tierras y recursos; siendo el juego de las casas mi única cuerda para escalar, y mi sensatez el arma que podía utilizar contra mis rivales, aquellos que estaban en la misma precaria situación y, como yo, deseaban llegar a la cúspide.
No obstante, tras provocar la caída de tres casas pequeñas, me gané el respeto de rivales que pasaron a ser mis aliados. No fue fácil, en más de una ocasión estuve a punto de morir asesinado; pero esas difíciles maniobras me permitieron llegar a una altura respetable, y fue en ese momento donde decidí que la escalada debía llegar a su fin. Tal como me enseñó mi padre antes de enloquecer y luego morir, un hombre sensato llega más alto que uno ambicioso.
Sin embargo, mi historia no hacía más que empezar. Cierta vez, cuando me hallaba leyendo en mis aposentos, mi mayordomo me informó que alguien deseaba verme con urgencia. Me alarmé, pues todos tenían prohibido molestarme mientras leía, a no ser que fuese una situación de emergencia… y rara vez se trataba de buenas noticias.
Sin siquiera esperar la orden de mi mayordomo, cruzó la puerta un hombre delgado, de estatura media y un inconfundible bigote tarabonés. Caminaba con pasos lentos pero seguros, haciendo caso omiso de mi nutrido cuerpo de guardias y mirándolo todo con desdén, ¡incluyendo mis figuras de porcelana de los marinos, que solían despertar la curiosidad de todos!
-Saludos, lord Soirhem -dijo el hombre, con tono irónico-. Imagino que habrá oído hablar de nosotros, a no ser que viva encerrado en este lugar y tan solo se dedique a sus libros.
Una parte de mí deseaba ordenar a los guardias que prendieran al sujeto, pero si algo me enseñaron los juegos, es que la única razón por la que alguien trataría así a un lord influyente de Cairhien se debía a que tenía más poder. También cabía la posibilidad de que fuese un ingenuo, pero dudaba mucho de aquello.
Lo miré detenidamente, y mis ojos captaron un alfiler en forma de dragón en la parte derecha del cuello de su abrigo negro de seda, así como también otro alfiler en forma de espada en la parte izquierda.
-Asha’man -murmuré, alegrándome de que mi voz sonara tranquila e indiferente-. ¿Necesitáis, acaso, examinar a mis guardias?
No era noticia que los Asha’man estaban reclutando personas que pudieran encauzar.
Él sonrió, y su sonrisa pasó a ser una carcajada.
-En realidad he venido a examinarlo a usted, lord Soirhem. Y parece que estaba en lo correcto, puedo ver la chispa del Saidin que posee.
Miré a mis guardias, quienes miraban al asha’man con confusión.
-Ellos no pueden oír lo que digo -prosiguió, mirándome irritado y manteniendo su tono burlón-. Si nos conoce, sabrá que no puede negarse a ser miembro de la torre negra, o de lo contrario su poder lo volverá loco o, incluso si no, se descontrolará y producirá… problemas.
Asentí, serio, sabiendo que decía la verdad. ¡Cómo podía, acaso, desconfiar de alguien que al parecer había dejado sordos a todo un grupo de guardias?
Y, tras dejar a mi mano derecha ocupándose de la mansión, marché a la torre negra con el fin de convertirme en asha’man. Allí entendería que el juego de las casas no era nada, comparado a la intrincada maraña de conspiraciones que daba lugar en la torre. Una vez más, debía adaptarme, y escalar... excepto que esta vez solo poseía un único recurso: mi sensatez.
Última edición por Iserion el 08 Dic 2022, 03:28, editado 2 veces en total.


Iserion
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(Relato) tras la llegada a la torre negra

Mensaje por Iserion »

Solo un mes había pasado de mi llegada a la torre, pero se sentía como un año. El tarabonés se ocupó de mi instrucción, junto a un joven domani que de vez en cuando supervisaba mi entrenamiento. Mi influencia en Cairhien no significaba nada para ellos, y si bien yo lo había asumido desde mi llegada, me lo recordaban cada día, o más bien cada vez que fallaba en la realización de un tejido.
De todas formas, parecía estar progresando a pasos agigantados, aunque mis instructores dijesen que hasta una piedra haría más avances que yo.
-¿Acaso lo hace feliz tejer una bola de luz, lord Soirhem? -me dijo una vez el tarabonés, al verme sonreír levemente por realizar el tejido-. Es el más fácil de todos, será mejor que no se conforme con tan poco.
Aún seguía conservando ese tono burlón, y en ocasiones parecía repudiarme por mi condición de noble. Pero entonces, ¿en qué me basaba yo para asegurar que estaba progresando?
Cierta vez escuché una conversación entre mis instructores, donde suponían con seguridad que llegaría lejos. Obviamente, no pude permanecer escondido por mucho tiempo, ya que uno de ellos se percató de mi presencia y me aplicó mi primer castigo, algo que hasta el día de hoy hace que me arrepienta de haber escuchado. Desde ese día, el entrenamiento se tornó más duro si cabía, y el descanso era tan anhelado por mí como el agua en el yermo de Aiel. Lo único que me ayudaba a soportarlo todo era la necesidad de escalar, de llegar alto.
Iserion
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(rol) mi primer aliado

Mensaje por Iserion »

Participantes: Iserion, Renji

Sala de entrenamiento.
[Salidas: abajo]
Renji está aquí.
El entrenador esta aqui.
Iserion mira a renji y lo saluda.
Renji se estira un poco y mira de reojo a Iserion.
Renji susurra 'llegas algo tarde... son un poco estrictos los maestros'
Susurras ''lo sé... un poco?''
Susurras ''creo que te quedas corto, compañero.''
Renji se ríe disimuladamente
Renji susurra 'me llamo Renji, y tu?'
Susurras ''soy iserion''
Renji le tiende la mano a Iserion.
Iserion estrecha la mano de Renji.
Susurras ''llevas mucho tiempo aquí?''
Renji susurra 'para nada, la verdad llegue algo dudoso, buscando respuestas sobre las cosas que me pasaban'
Renji susurra 'pero al poco tiempo, tuve que partir de la torre, entonces estoy medio perdido, diria que soy muy nuevo la verdad'
Renji rie bajo.
Susurras 'creo que tienes suerte. Al menos llegaste por cuenta propia, yo... bueno, estaba cómodamente en mi mansión cuando me encontraron'
Renji se gira y te mira sorprendido.
Renji dice 'te encontraron?'
Renji dice 'no querías estar acá?'
Renji piensa profundamente mientras intenta abrazar la fuente sin resultado.
Susurras 'más despacio, no queremos que nos oigan! lo cierto es que... en realidad nunca había pensado si quería estar o no. Simplemente llegaron, y me dijeron que poseía la chispa del saidin'
Renji recuerda que esta en la sala de entrenamiento e intenta pasar disimulado del ojo del maestro.
Renji susurra 'cierto, me desconcentré'
Renji sonríe alegremente.
Notas que Renji abraza la Fuente.
Notas que Renji suelta la Fuente.
Susurras 'procura no hacerlo, al menos quienes se ocupan de mi entrenamiento odian que me desconcentre'
Iserion se concentra en la fuente y una bola de luz se forma en su mano.
Renji susurra 'entonces, te obligaron a estar aquí?'
Susurras 'en realidad no, pero... ya sabes, si decidía no venir entonces moriría tarde o temprano'
Susurras 'no tuve elección'
Renji susurra 'puede ser, los hilos que tejen el entremado se mueven de manera misteriosa que escapan a nuestro entendimiento, estás donde debes estar'
Renji susurra 'confía en mi'
Renji te sonríe cálidamente.
Iserion asiente, agradecido.
Susurras 'de eso estoy seguro. de todas formas, necesitaba un cambio de aires. ya sabes, ocuparse de una mansión suele ser... cansador'
Renji susurra 'la verdad, no lo se...'
Renji susurra 'no tengo padres de los cuales hablar, ni familia que encontrar...'
Iserion suspira.
Renji susurra 'mi camino ha sido siempre mi arte, hasta que me vi envuelto en esto'
Renji mueve su lujosa vihuela en su mano.
Susurras 'comprendo. yo... tampoco tengo familia, mi padre murió cuando yo era un adolescente'
Susurras 'los demás... siguen vivos, pero lejos, es como si no existiesen.'
Renji susurra 'pero bueno, no nos desanimemos con eso, el pasado, pasado es'
Renji susurra 'que esperas lograr aquí? '
Susurras 'llegar alto'
Renji susurra 'que tan alto?'
Susurras 'quizá dos o tres peldaños abajo de lo más alto, solo quiero tener una altura respetable.
Renji asiente con un gesto de cabeza.
Renji susurra 'pues me aseguraré de seguirte de cerca'
Renji te hace un guiño de complicidad.
Iserion sonríe.
Susurras 'siempre es bueno tener aliados'
Renji susurra 'mejor es tener amigos, que si trabajemos en ello'
Renji extiende su puño a Iserion.
Iserion choca su puño con el de Renji.
Susurras 'como sea, será mejor que volvamos a entrenar... o de lo contrario... ni siquiera quiero pensar en ello'
Renji asiente con un gesto de cabeza.
Te abres a la Fuente y sientes el Saidin.
Iserion
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(Relato) la primera misión de exploración

Mensaje por Iserion »

Aproximadamente dos meses pasaron de mi entrenamiento. Las lecciones se fueron intensificando progresivamente, y cuando creía que ya no podría resistir más ese ritmo el tarabonés se me acercó, más serio de lo normal.
-Debo hablar contigo -dijo con tono lúgubre, a la vez que tejía una salvaguardia para no ser escuchados por otros. Obviamente yo no había aprendido ese tejido, pero podía conocer vagamente su forma-. Parece ser que has llegado al nivel necesario para realizar una misión de exploración por tu cuenta, algo que me sorprende viniendo de ti.
Como siempre no me inmuté ante la pulla, de hecho me habría sorprendido que no dijese un comentario de esos pues siempre lo hacía cuando parecía estar haciéndome un cumplido.
-Esta misión es de suma importancia -prosiguió-, pues los objetos que debes buscar los ha solicitado el m’hael. Se trata de unos anillos que encontrarás en las joyerías de Tear, debes comprar dos.
Me alarmé no solo por la importancia de la misión, sino también porque en la torre negra había aprendido que las cosas que a simple vista parecían fáciles eran las más complejas. Sin duda, estaba seguro de que la prueba no era obtener los anillos, ¿pero entonces qué?
-De acuerdo -me limité a decir, aparentando estar sereno.
Mi instructor me miró fijamente, con su típico gesto de irritación.
-Lamentablemente yo soy tu instructor, lo que significa que si fallas yo también habré fallado… procura no decepcionarme más de lo que ya lo haces. Puedes irte.
Preparé todo lo necesario lo más rápido que pude, pues no quería perder tiempo. Mi cantimplora, mi inseparable daga, una bolsa con monedas y algo de comida para el camino. Caminé por la calzada de Caemlyn a Far Maddin, alerta a todo lo que pudiese pasar; y la tranquilidad era lo que, irónicamente, me mantenía intranquilo.
Sin embargo, entendí cuál era la prueba cuando estaba aproximándome a Far Maddin. El saidin, algo a lo que me había acostumbrado durante mi estadía en la torre negra, ya no estaba. Al no tenerlo sentía como si me hubiesen quitado las extremidades, hasta ese punto me había familiarizado con la fuente. Permanecí de pie, deseando regresar y pedir otra prueba, pero finalmente comencé a caminar despacio.
La sensación de intranquilidad se incrementó mientras me acercaba a las puertas de la ciudad, ya casi de noche; con mi daga oculta para que los guardias no pudiesen detectarla. Estaba seguro de que esa noche no podría dormir ni aunque quisiera. En el comedor de la posada “la rueda dorada”, la mayoría de personas miraba mi capa con burla, a lo que yo respondía con una mirada de superioridad como las que me solía dedicar mi instructor. Si me sentía intimidado, que no se notara.
Pagué los peniques de plata necesarios y me dirigí a mi habitación, agudizando mis sentidos y moviéndome con cautela. Me quité mis botas y me recosté en la cama, aferrando mi daga con fuerza.
Las horas pasaban y continuaba despierto, cada vez más intranquilo si podía ser posible. No podía evitar bostezar, los ojos se me cerraban debido al cansancio y más de una vez estuve tentado a dormirme, pero la intranquilidad no me lo permitía. ¿Quizá me había acostumbrado tanto al peligro hasta el punto de sentirme tranquilo estando en una situación de ese estilo? El punto era que tenía un mal presentimiento, quizá se debiera a la falta de saidin o al simple hecho de estar en otro lugar que no fuera la torre negra, algo más a lo que me había acostumbrado, al parecer.
Cuando estaba por desistir, mis oídos captaron un débil sonido de pasos aproximándose. Emití un ronquido adrede, para que en caso de que se tratase de asesinos bajaran la guardia, y así lo hicieron pues la puerta se abrió con brusquedad. Permanecí quieto en mi cama, aguardando el momento indicado para atacar. ¡Qué idiota había sido! ¿En verdad estaba preocupado por unos asesinos, cuando durante casi toda mi vida me había enfrentado a los que enviaban las casas de Cairhien?
Cuando mis oídos captaron los pasos cerca de donde estaba, me incorporé ágilmente evitando así el cuchillo que habría impactado en mi cuello y ahora estaba clavado en la almohada.
Mientras tomaba por el antebrazo al hombre y lo usaba de escudo interponiéndolo ante un segundo asesino que se disponía a atacarme, lo apuñalé en el cuello a la vez que me ponía de pie. Mi experiencia en Cairhien me hizo saber que el segundo intentaría huir, por lo que pude anticiparme a su movimiento tomando el cuchillo del hombre muerto y lanzándosela hacia la pierna derecha. Para mi desagrado, él dio un alarido mientras caía al suelo. Seguramente el lugar se llenaría de guardias en cuestión de minutos.
Antes de que se incorporara, lo tomé por el cuello donde le coloqué mi daga.
-¿Quién los ha mandado? -pregunté con voz tranquila, como tantas veces había hecho.
Los ojos oscuros del asustado hombre se clavaron en los míos.
-Uno de los tuyos, aunque no rebeló su nombre. Solo sé que es de Tarabon.
Asentí, haciendo un rápido corte en el cuello del asesino. Moriría desangrado, sin poder articular sonido. No es que me gustara asesinarlos, pero ya había aprendido que perdonarle la vida a un asesino que intentó matarte segundos antes era un grave error.
Siempre supe que mi instructor me odiaba, aunque nunca imaginé que deseara matarme. No hice el intento de escapar, o de lo contrario sería hombre muerto.
Unos pasos rápidos me hicieron saber que los guardias habían llegado. Colocándome en una posición en la que no pudiesen verme cuando se acercaran, me hice un corte rápido en el brazo izquierdo con mi daga, la arrojé al suelo cerca del primer cuerpo y dejé que algo de sangre cayera sobre el colchón antes de taponarme la herida con el dedo.
-Intentaron matarme -dije, apenas entraron los tres guardias.
Uno de ellos repasó la sala y reparó en la daga, que tomó y examinó.
-¡Este es el emblema de la casa Soirem! ¿Qué tiene para decir, lord Soirem?
Asentí con tranquilidad, esperando esa reacción.
-Poco puedo hacer con los hermanos que quieren matarme, ¿verdad? Salvo defenderme, claro -hice un gesto de dolor para que repararan en mi herida-. ¿Hay algún sanador en esta ciudad?
Uno de los guardias me miró fijamente y asintió.
-Lo llamaré de inmediato, pero eso no quiere decir que se librará de nuestra vigilancia, lord Soirem.
-Eso me agrada -repliqué-, mis hermanos suelen ser demasiado persistentes cuando desean matarme.
Horas después, con mi brazo ya vendado, me dirigí a las caballerizas de la ciudad y compré un corcel negro al que llamé “viento”, pues deseaba que fuese así de rápido y me sacara de allí.
-Esto le pertenece a su casa, lord Soirem -me dijo uno de los guardias de la puerta sur, entregándome mi daga.
La tomé aliviado, pues creía que no volvería a recuperarla. Era sorprendente cómo unas muertes de repente parecían recordarles que no era un asha’man indefenso, pues ya no me dedicaban las miradas burlonas ni el tono impetuoso.
Viento galopó por la calzada, y cuando me empezaba a aproximar a los límites de Tear volví a sentir el saidin. Suspiré, tranquilo, tranquilidad que no duró mucho pues alguien me esperaba delante. Era mi instructor, quien
Parecía estar esperando algo. Me detuve a pocos metros de él, abrazando la fuente y mirándolo de manera retadora.
-Agradece que esté aquí -dijo señalando detrás de sí-, o de lo contrario ellos te habrían acabado. Te esperaban.
Confundido, reparé en los cadáveres de dos dedicados, sus túnicas medio carbonizadas.
-¿Entonces tú no has intentado matarme? -pregunté, aun desconfiando.
Mi instructor abrazó la fuente, y algo me levantó y me arrojó al suelo, cerca del corcel. No emití ningún quejido, pues era una de las tantas cosas que irritaba de sobremanera a mi instructor. Permanecí allí, inmóvil, aguardando.
-Créame, lord Soirem… si intentara matarlo podría hacerlo ahora mismo -un siseo acompañaba el tono burlón-. Pero en su lugar, decidí asegurarme de que su misión marchara exitosamente ya que permanecer sin el saidin es una dura prueba para cualquier asha’man. Esto, claro está, lo he hecho porque usted suele ser tan incompetente que dudaba que pudiera sobrevivir… De pie -ordenó, y pese a lo adolorido que me encontraba me levanté lo más rápido que pude-. Al parecer tu misión debe ser cancelada ahora mismo… es peligroso que merodees por aquí con asha’man de la otra facción intentando matarte.
-¿Otra facción?
El tarabonés resopló, molesto.
-A veces olvido que usted no sabe nada, lord Soirem… la otra facción, aquella que se opone al m’hael. Al parecer han visto potencial en ti y quisieron acabarte antes de que te convirtieras en una amenaza.
Le conté con detalles lo sucedido en far Maddin, y mi instructor simplemente rio.
-Lord Soirem, esos asesinos eran parte de la prueba. Después de todo, ¿no queremos que pierda las pocas facultades que aún posee, verdad?
Abrió un pequeño acceso hacia la torre, y yo me limité a seguirlo con Viento. Cuando lo atravesamos, sin mirarme lanzó un pequeño alfiler en forma de espada que atrapé por reflejos.
-Te lo has ganado, dedicado -murmuró, encogiéndose de hombros.
Yo me lo coloqué, sonriendo. Después de tanto esfuerzo, había conseguido ascender un peldaño.
Iserion
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(rol) minutos después de la misión de exploración.

Mensaje por Iserion »

Participantes: iserion, Drem

Me sentía completamente cansado, pero a su vez feliz por haber logrado ascender a dedicado. Dando pequeños toquecitos al alfiler que llevaba en el cuello de mi capa, me dirigí a la estancia que ahora me pertenecía.
Las estancias de los dedicados. Aquí hay varios pasillos que conducen a distintas habitaciones individuales donde descansan los hombres solteros, la decoración aunque sobria es elegante.
Un sirviente esta aquí atento a su señor.
mirar sir
un sirviente es de raza del Oeste.
Parece que no ha hecho otra cosa en su vida mas que servir a los demas. Se
mueve inclinando la cabeza y haciendo breves reverencias a cada paso.
un sirviente está en perfecto estado.
Iserion saluda al sirviente con un gesto desganado.
Un sirviente limpia algunos tapices.
Un sirviente te hace una reverencia.
Un sirviente pregunta 'desea algo, mi lord?'
Dices 'vendría bien... algo de beber.'
Un sirviente levanta una ceja.
Un sirviente dice 'creo que eso es en el comedor mi lord'
Iserion suspira.
Un sirviente se apoya en el sacudidor con algo de desinterés.
Un sirviente dice 'ya sabe como se ponen los altos mandos'
Dices 'a veces olvido que aquí no puedes pedir bebidas en los aposentos... como acostumbraba a hacerlo en la mansión'
Un sirviente sacude la cabeza incrédulo.
Un sirviente dice 'todavía no se ha ganado el respeto o el ascenso para eso, mi lord'
Un sirviente dice 'de todas maneras, creo que no hace mucho se repuso su jarra del agua en sus habitaciones'
Dices 'o, eso está bien.'
Un sirviente sonríe alegremente.
Un sirviente dice 'ya sabe, trabajo duro, tejer, tejer y tejer'
Un sirviente dice 'sangre y fuego, que dicen por ahí.'
Un sirviente dice 'aunque claro, que sabré yo, un pobre sirviente de esas cosas'
Dices 'lo se, lo se... la escalada es dura'
Dices 'pero sabes? soy un buen escalador'
Dices 'pretendo escalar esta montaña'
Un sirviente levanta una ceja.
Un sirviente dice 'espero que lo consiga'
Un sirviente dice 'yo, realmente dudaría si fuera usted.'
Iserion mira al sirviente, interesado.
Un sirviente susurra 'además, con ese m'hael tan raro...'
Un sirviente se encoge de hombros.
Dices 'dudar? por miedo, acaso?'
Un sirviente dice 'simplemente no me vería capaz de afrontar todo lo que teneís que ahcer'
Un sirviente dice 'encauzar de la mañana a la noche, para empezar'
Dices 'algo a lo que debí acostumbrarme para no ser pisoteado'
Te abres a la Fuente y sientes el Saidin.
Un sirviente dice 'de hecho, esa es la razón por la que no hay sirvientes en las habitaciones de los soldados'
Empiezas a concentrarte para tejer 'luz'.
Extiendes la mano y aparece una brillante bola de luz ante ti.
Dices 'encauzar para mi es...'
Dices 'ahora, algo simple'
Dices 'algo a lo que me he acostumbrado rápido, quizá demasiado rápido...'
Sueltas el Saidin.
Un sirviente dice 'ahora es cuando más cuidado debe llevar'
Un sirviente dice 'no sea que atraiga atenciones indeseadas...'
Dices 'siempre procuro no hacerlo'
Dices 'aunque, en ese caso... tengo experiencia sorteando esas... molestias'
Un sirviente dice 'los sirvientes oímos rumores'
Un sirviente dice 'y algunos rumores corren entre nosotros'
Un sirviente dice 'más valdría... levar algo de cuidado, si no se quiere acabar con algunas misiones incómodas...'
Iserion suelta una carcajada.
Dices 'es sabido que los sirvientes saben más que muchos aquí... y en casi todos lados'
Un sirviente dice 'es nuestro trabajo, para podernos proteger'
Iserion asiente, pensativo.
Dices 'cuales son los rumores?'
Un sirviente suspira profundamente.
Un sirviente dice 'algunos dicen que el m'hael anda analizando los avances de los hombres, y al que demuestra demasiado poco, o demasiado... demasiado, los envía más temprano que tarde a realizar algunas cosas... bastante duras'
Un sirviente dice 'a algunos para quitarles la pereza'
Un sirviente dice 'a los otros... para enseñarles modales, quizás'
Un sirviente dice 'quien sabe lo que piensa el m'hael o los tsorovan'
Dices 'ya veo...'
Dices 'en ese caso, creo que es demasiado tarde'
Un sirviente levanta una ceja.
Iserion mira al sirviente a los ojos con frialdad.
Dices 'no hagas preguntas'
Susurras 'darte demasiada información podría ser... peligroso, para ambos.'
Un sirviente asiente con un gesto de cabeza.
Un sirviente susurra 'imagino que sí, mi lord'
Un sirviente dice 'será mejor que continúe con mi trabajo'
Dices 'si, continúa con tu trabajo... yo iré a descansar, hoy ha sido un día agitado'
Un sirviente dice 'terminaré de sacudir tapices'
Iserion asiente y se dirige a su habitación.
Un sirviente continúa con su trabajo en silencio.

Dirigiéndome a mi habitación, miré levemente al sirviente pensando en sus palabras. ¿Sería, acaso, un espía de la otra facción intentando obtener información? No parecía una mala persona, pero aún así no podía confiar en nadie, de momento... ni siquiera en quienes parecían ser aliados.
Iserion
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(Relato) una nueva misión

Mensaje por Iserion »

Al día siguiente, tras despertar vi una nota cerca de la puerta de mi habitación. Antes de tomarla, la observé minuciosamente para asegurarme de que no tuviera tejidos dañinos; después de todo, estaba seguro de que los de la otra facción intentarían cualquier cosa con tal de matarme.
Al desenrollar el pergamino, reconocí la inconfundible letra de mi instructor:
"Lo esperaré en el jardín interior, lord Soirhem... procure no hacerme esperar, tengo miles de cosas más importantes que usted, como podrá imaginar".
Me dirigí allí a paso rápido, sabiendo que él se tomaba muy enserio la puntualidad. La torre estaba casi desierta, lo que me ponía más en alerta pues era el escenario ideal para tender una emboscada. Mientras caminaba, tejí una salvaguardia a modo de escudo solo por si acaso.
La fría brisa impactó en mi rostro cuando salí al exterior. El jardín estaba vacío, salvo por el tarabonés que estaba de pie cerca de la fuente, tocándose el bigote con su acostumbrado semblante irritado. Cuando me aproximé hacia él, una llamarada se aproximó hacia mí e impactó en mi salvaguardia, destruyéndola. Mirando para todos lados, tejí una bola de fuego en busca del atacante
-Veo que no es tan torpe como imaginaba, lord Soirhem -dijo mi mentor, aplaudiendo lentamente-. Ahora más que nunca debe estar en alerta. Ven, debemos hablar.
Deshaciendo mi bola de fuego, me aproximé algo intranquilo pues no era habitual que se tornara tan serio.
-Quería hablarte sobre quienes intentaron matarte, es decir, los de la otra facción. Supongo que sabrás que lo intentarán de nuevo, ¿verdad? -Yo asentí-. Debemos adelantarnos a ellos y hacer que vuelvan al agujero del que salieron. Si descubrimos y desaparecemos a algunos de ellos, el resto no actuará tan abiertamente como lo han estado haciendo o, si tenemos mucha suerte, acabaremos con todos.
Dejé que él permaneciera unos segundos en silencio antes de hablar.
-Se me ocurre que podría investigar a los soldados y dedicados con discreción. Hacerles preguntas, observarlos...
Mi instructor suspiró, irritado.
-¿Acaso cree que esta es su mansión, lord Soirhem? Es la torre negra, si haces demasiadas preguntas sospecharán y notarán que intentas sonsacarle información. En su lugar, serás lo menos discreto posible y preguntarás a todo soldado y dedicado que veas sobre el m'hael, sin rodeos. Te tomarán por un necio y te subestimarán, es lo que queremos que hagan... para que atraigas a todas las avispas y las acabemos en un abrir y cerrar de ojos.
Gesticulé, perplejo.
-¿Acabemos?
-Obviamente tendré que estar allí, o de lo contrario no durarías ni dos segundos luchando tú solo contra todo un grupo... porque es así como atacan. ¿Alguna objeción, lord Soirhem?
Permanecí en silencio, pensando en el arriesgado plan. Recordaba haberlo hecho durante un tiempo durante mi escalada en Cairhien, pero estaba seguro de que esta vez el riesgo sería el doble ya que, si bien yo había progresado rápido en la torre negra, había cosas que aún desconocía sobre los tejidos y la torre en general. De todas formas no dejé que mi voluntad cayera, toda escalada tenía sus obstáculos y tan solo debía sortearlos sin importar el costo.
-Ninguna -repliqué, decidido.
Iserion
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(rol) el primer interrogado

Mensaje por Iserion »

Participantes: Iserion, Eildryc.

Tras la charla con mi instructor, regresé a la torre en dirección a la biblioteca. Mientras caminaba, encontré a un soldado que caminaba a paso rápido delante de mí.

Túnel bajo la muralla.
El pavimento de este sitio tiene una particularidad casi como si fuera cristal
fundido en un intenso tono negro con reflejos en plata y rojo. Las paredes que
forman la muralla están decoradas con bloques de mármol blanco y las puertas
interiores son un fiel reflejo de las exteriores. Al pasar junto a ellas puedes
notar que están hechas de una sola pieza. Algunas esferas de luz alumbran el
túnel y tus pasos resuenan con fuerza al caminar.
Eildryc está aquí.
( 5) Un soldado de la Torre Negra custodia la entrada.
Iserion hace una seña a eildryc con su mano para que se detenga.
Dices 'saludos, soldado'
Eildryc se da la vuelta y observa a Iserion detenidamente.
Eildryc dice 'saludos'
Dices 'quisiera... hacerte una pregunta'
Dices 'será rápido, sé que estás apurado'
Iserion se aproxima a eildryc.
Eildryc dice 'a mi? a un simple soldado?'
Eildryc piensa.
Eildryc dice 'en que podría ayudarte?'

Mi cuerpo se llenó de adrenalina sabiendo que tendría que ser poco discreto, algo a lo que no estaba acostumbrado.

Susurras 'que opinas sobre el m'hael?'
Iserion mira a eildryc atentamente.
Eildryc observa alrededor asegurándose de que no haya nadie.
Eildryc se acerca un poco mas al joven.

Desconociendo sus intenciones, decidí prepararme para contraatacar en caso de que decidiera pasar a la ofensiva. Estaba dispuesto a ser poco discreto, pero no a dejar que me mataran.

Te abres a la Fuente y sientes el Saidin.
Eildryc susurra 'que podría decirte yo sobre nuestro m'hael?'
Susurras 'todo lo que sepas.'
Eildryc susurra 'como soldado podría decirte que siempre nos manda a hacer lo que debemos de hacer para convertirnos en buenos asha'mans'
Eildryc susurra 'hace bien su trabajo'
Susurras 'bien... eso es todo'
Iserion da media vuelta en dirección a la torre.
Eildryc susurra 'por que? acaso tienes dudas?'
Eildryc mira con deteimiento al joven.
Iserion se detiene, sin mirar a Eildryc.
Susurras 'solo es curiosidad.'
Eildryc susurra 'deberías de tener cuidado con lo que preguntas en la torre negra, porque incluso el oscuro podría vagar por sus anchas por aquí.
Iserion mira a Eildryc con frialdad.
Susurras 'siempre lo tengo, soldado. Eso bien lo saben quienes llegaron a subestimarme... o al menos los que siguen vivos.'
Iserion camina con elegancia, adentrándose en la torre.

Suspiré, gravándome el rostro de ese soldado en la mente. Sabía que había provocado que él sospechara de mi, algo que me ponía intranquilo por alguna razón. ¿Estaría haciendo bien al intentar atraer a los enemigos de esa forma? De todas maneras, ya estaba hecho y solo quedaba esperar... y confiar en mi instructor, algo a lo que no estaba acostumbrado.
Iserion
Mensajes: 11
Registrado: 22 Nov 2022, 19:26

(Rol) en busca de respuestas

Mensaje por Iserion »

Si iba a luchar contra un posible grupo, debía informarme acerca de todo lo que pudiera. Me dirigí a la biblioteca de la torre negra, en busca de algo que pudiera serme de utilidad. Sin embargo, mientras leía un libro sobre tejidos capaces de dañar a los engendros de la sombra, llegó alguien que no esperaba ver en ese momento.

Renji ha llegado desde el sur.
Iserion levanta la mirada, dejando el libro sobre una de las mesas.
Dices 'saludos, renji!'
Renji espavila y repone su mirada en Iserion.
Renji dice 'Hola Iserion, tanto tiempo que ha pasado viejo amigo'
Renji ofrece su mano para ser estrechada como aquella vez en la sala de entrenamiento.
Iserion estrecha la mano de Renji.
Dices 'verdad, has pasado tiempo fuera! muchas misiones?'
Renji cierra de golpe un libro y lo vuelve a poner en la estanteria.

Por esta vez, decidí desobedecer a mi instructor y ser discreto con Renji, ya que necesitaba saber una sola cosa sobre él.

Renji dice 'diria que solo una, demasiado agotadora'
Renji sonríe alegremente.
Dices 'verdad, lo son... y peligrosas'
Dices 'pero eso nos fortalece, verdad?'
Dices 'o al menos, yo lo siento así.'
Renji se abstrae y parece pensar profundamente.
Iserion ojea levemente uno de los libros.
Renji dice 'creo que si, nos vuelven mas fuertes y mas solitarios'
Dices 'solitarios, sin duda.'
Dices 'pero qué otra opción tenemos? rara vez puedes confiar en alguien aquí'
Dices 'ya sabes, por los tiempos que corren'
Renji dice 'y el Tarmon Gaidon se siente cerca...'
Renji dice 'déjame preguntar, como has sentido tu estancia aqui? se te trata bien?'
Iserion suspira, pensativo.
Dices 'se me trata... como a los demás dedicados'
Dices 'es decir, el mismo trato que posiblemente has recibido'
Renji se rasca la cabeza y mira la estanteria del frente mientras se acerca a ella para coger un libro sobre historia de guerras civiles e internas.
Renji coge el libro entre sus manos y lo lanza sobre una mesa mientras mira a Iserion a los ojos.
Iserion mantiene firmemente la mirada de Renji.
Renji dice 'nunca fui tratado como los demas'
Renji señala su alfiler.
Dices 'puedo... saber a qué se debe?'
Renji comienza a leer un libro.
Dices 'he oído que se suele... maltratar a quienes no presentan aptitudes'
Dices 'pero tu no pareces ese tipo de gente'
Renji dice 'es cierto que cuando me acerque a la torre era por que tenia dudas, no podia controlar lo que significara que me estuviese sucediendo en ese punto'
Renji dice 'pero al parecer, demostrar demasiado potencial tambien es malo'
Dices 'mmMMmmMMmmMMmm'.
Susurras 'captaste la atención del m'hael, acaso?'
Susurras 'algunos rumores cuentan que se suele centrar en aquellos que poseen demasiada fuerza'
Renji dice 'no solo la del M'hael'
Iserion , sin dejar de mirar a Renji, toma un libro y lo agrega a una pequeña pila de una de las mesas.
Dices 'no solo la del m'hael?'
Dices 'alguna aes sedai?'
Dices 'me refiero a una roja'
Renji dice 'podria ser, como podria que no, diria que estamos hablando mas de situaciones internas, que suceden dentro de la propia torre'
Renji dice 'siento las miradas constantes, las evaluaciones, los riesgos a los que somos expuestos'
Renji dice 'no quiero decir que tenga una queja contra el M'hael'
Renji niega una y otra vez con su cabeza.
Renji dice 'estoy al servicio de Drem y sus ideales'
Iserion escucha a Renji, pensativo.
Dices 'en ese caso, estamos en el mismo bando'
Renji dice 'es solo que el constante revoltijo, las misiones como tal, lo que tu y yo estamos privados de hablar entre nosotros, tu sabes'
Renji dice 'sabes de lo que hablo, sabes lo que quiero decir, por que todos somos una pieza de una gran infrestructura'
Dices 'lo se, amigo'
Iserion asiente.
Dices 'por eso es que creo que las piezas... deben estar unidas para no ser aplastadas'
Dices 'creo que es por lo que lucha el m'hael'
Renji piensa profundamente, reparando en algo dicho por Iserion.
Renji dice 'creo que tienes razón en aquello, pero sigo sin entender tanto misterio en la torre'
Dices 'ni yo, hay muchas cosas que no entiendo... es por ello que estoy en la biblioteca, en busca de respuestas'
Dices 'mientras más información posea, mejor será.'
Renji se levanta y coge un libro de una estanteria tras él sobre Amigos Siniestros.
Renji te lanza el libro y te lo señala.
Iserion toma el libro y lo ojea, interesado.
Renji susurra 'estoy seguro que algo malo se acerca'
Renji susurra 'y estoy seguro que es algo que tiene que ver con esto'
Susurras 'también lo creo, especialmente con la cercanía del tarmon gaidon'
Renji se acerca a ti por encima de la mesa con los ojos bien abiertos.
Renji piensa profundamente.
Renji dice 'deberia marcharme, debo estar en otro lugar, pero confia en mi, algo se acerca, mas rápido que la batalla final, y lo traerá uno de ellos'
Renji se levanta y se sacude la ropa.
Dices 'espera'
Iserion se pone de pie.
Dices 'recuerda que tienes un aliado'
Renji te sonríe.
Renji estira su mano a Iserion.
Iserion estrecha la mano de Renji.
Renji dice 'estaremos en contacto, viejo amigo'
Dices 'búscame si me necesitas'
Sonríes alegremente.
Renji asiente con un gesto de cabeza.
Iserion toma asiento y abre el libro que le dio Renji.

Mientras lo contemplaba marcharse, sonreí al saber que había encontrado mi respuesta. AL menos podía confiar en él, alguien que estaba pasando quizá por mi misma situación y, al ser uno de los perseguidos por la otra facción, no confiaba en nadie hasta el punto de sentirse solitario. Leí el libro, pensando en las últimas palabras de mi ahora aliado, y un escalofrío involuntario recorrió mi espina dorsal. Al parecer, la situación era mucho más crítica de lo que yo imaginaba...
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