(RELATO) NOCHE DE INVIERNO

foro donde se publicarán relatos y roles sobre los personajes del MUD.
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Rhilya
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(RELATO) NOCHE DE INVIERNO

Mensaje por Rhilya »

Participantes: Rhilya y Shania (relatado por Rhilya)
Punto de vista: Rhilya

Una Aceptada con prepotencia te mira con el ceño fruncido.

Mila lleva 7 años como Aceptada de la Torre Blanca, no le gusta enseñar, ya que piensa que le resta tiempo a sus propios estudios. Es detestable. Estamos en una de las aulas de novicias, Shania está conmigo. La joven marina se ha convertido en una de mis mejores amigas. Ya han pasado dos años desde que la conocí, sus conocimientos acerca de la gente del oeste han mejorado mucho, le costó seis meses dejar de hacer reverencias como una marina, aunque aún le quedan algunas manías, como ir descalza por la habitación y llevarse los dedos a los labios cuando cree que no la veo.

El día está muy triste, unas nubes oscuras cubren todo el cielo y llevamos horas tratando de aprender el tejido de percepción, que la Aceptada no se molesta en repetir. Shania y yo estamos muy concentradas, las dos abiertas a la Fuente Verdadera, con el Saidar fluyendo a través de nosotras.

La Aceptada nos mira de reojo, aburrida y asqueada. Si no fuese tan increíblemente desagradable, habríamos acabado hacía dos horas. Apenas nos ha dado pautas para seguir, nos basamos en el tomo que nos hemos estudiado previamente. Shania consigue encauzar un hilo de Agua que entrelaza con otro de Aire y entonces me da la clave. Encauzo un hilo de Fuego y lo combino con Energía. Miro a Shania, que me entiende a la perfección, y encauza el último hilo de Tierra. Ante nuestros ojos aparece un grabado en la piedra que tenemos sobre la mesa, aparentemente oculto.

La Aceptada levanta una ceja y nos dice que, ya que hemos tardado tanto en realizar el tejido, debemos ir a hacerle la colada porque ella tiene cosas más importantes que hacer. Dicho esto nos obliga a soltar la Fuente y se va del aula dejándonos solas.

Miro a Shania que me devuelve la mirada.

Una hora más tarde en uno de los cuartos de limpieza.

- Echa un poco más de ortiga - le digo a Shania mientras vuelco el cubo de agua en la pila.

Shania restriega la planta por los vestidos de la Aceptada con cuidado de que esta no toque su piel.

- Espero que se le bajen los humos a Mila, ¿acaso cree que por ser Aceptada tiene derecho a tratarnos así? - dijo Shania mientras seguía frotando.

- Estoy segura que a ella le costó más tiempo aprender a encauzar ese tejido, es por eso que se desquita con nosotras - le comento a Shania mientras cojo una cuchara de madera y ayudo a Shania remover los vestidos de la Aceptada en el cubo con el agua hasta arriba de ortigas.

- Vale ya está - dijo Shania mirando con orgullo la gran faena.

- Se lo dejaremos con la siguiente colada limpia.

Las dos novicias dejan todo preparado y se van corriendo a su cuarto.

Al día siguiente, mientras me dirigía a las Aulas veo cómo se me acerca una Aes Sedai del Ajah Rojo que me mira con dureza. Realizo una reverencia apresurada tratando de seguir mi camino, pero la Aes Sedai me pone una mano sobre el hombro logrando sobresaltarme. La Aceptada, roja como un cangrejo, me miraba con rabia tras la Aes Sedai.

- Fueron ellas dos, hermana. Estuvieron hasta muy tarde con el tejido y se desquitaron conmigo. - dijo Mila enfurecida.

- Rhilya, busca a Shania, os quiero a las dos inmediatamente en el despacho de la Maestra de Novicias.

- Disculpe, Coinara Sedai, Shania no tuvo nada que ver en esto, si me disculpa iré de inmediato al despacho de la Maestra. - realizo una última reverencia y salgo en dirección al despacho de Anari Sedai.

No podía dejar que se dieran cuenta que Shania había estado conmigo, bastante le había costado adaptarse a estas tierras, lejos de su hogar, como para que encima la pillaran en una chiquillada como esta. Asumo toda la culpa y me dirijo al despacho de Maestra de Novicias.


Rhilya
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(RELATO) UN DÍA ANTES DE LA NOCHE DE INVIERNO

Mensaje por Rhilya »

Participantes: Rhilya
Punto de vista: Rhilya

Tras acudir al despacho de la Maestra de Novicias y recibir un rapapolvo en el que, entre otras cosas, le habían reducido drásticamente el tiempo libre y le habían impuesto más tareas extraordinarias, entre las que se encontraban, por ejemplo, acudir todas las tardes a ayudar a Zelanna Sedai en la Biblioteca de la Torre para clasificar los pergaminos que llegaban nuevos, Rhilya se dirigía hacia su habitación.

Suspiró, se había ganado el castigo con creces, aún así, la tal Mila, tendría una semana de picores que también se había ganado. Se llevó una mano a la boca para ocultar la sonrisa.

Cuando llegó al área de novicias, y antes de entrar en su cuarto, miró a todos lados asegurándose que no había nadie por los pasillos, buscó una baldosa suelta que había en el suelo. Se aproximó y con cuidado la levantó, allí se encontraba la nota que le había dejado Galor. Hacía años que habían establecido ese sistema para saltarse las normas de la Torre que les impedían verse y, más aún, hablar a diario. La treta en cuestión había sido idea del cachorro y consistía en utilizar ese hueco que nadie conocía para dejar cada dos o tres días un papelito con su desgarbada letra que tanta gracia le hacía a Rhil.

La novicia colocó de nuevo la pequeña baldosa en la posición exacta en la que se encontraba antes y se metió corriendo a su cuarto a leer la nota. Sonrío para sus adentros imaginando a ese bobalicón escribiendo con todo lujo de detalles cómo había conseguido realizar, según él, una de las más complicadas poses de lucha hasta el momento. El papel, aunque pequeño, no tenía falta de contenido. El chico escribía con un tamaño realmente reducido, y Rhilya sospechaba que hacía la letra aún más apretada para poder escribirle más palabras.

La joven releyó las últimas frases varias veces. Mañana era la Noche de Invierno, toda la ciudad estaría festejando y eso incluía a la Torre Blanca. Las Aes Sedai hacían la vista gorda estos días durante las celebraciones, e incluso la señora Laras permitía que las novicias se retiraran antes de las cocinas para que pudieran ir a ver los fuegos de artificio en los Jardines de la Torre.

Según Galor, a ellos también los dejarían escaparse antes del entrenamiento y le proponía escabullirse cuando todo el mundo estuviera entretenido con los fuegos.

Rhilya no podía estar más feliz, saltó de la cama lanzándose a por un trozo de pergamino para concretar la hora y el lugar con Galor. Quedarían cerca de su cuarto ya que los pasillos estarían vacíos a esas horas, garabateó rápidamente su respuesta y silenciosamente la depositó en el lugar donde sabía que él la encontraría en pocas horas.
Claiman
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¡Noche de fiesta!

Mensaje por Claiman »

Claiman había decidido utilizar aquella noche de invierno para volver a encontrarse con sus viejos compañeros de la guardia. Los había visto entrenar y, alguna vez, había visitado su patio para intercambiar alguna palabra rápida pero lo cierto era que añoraba las horas perdidas en la cantina, la cerveza, las partidas de dados, las noches en alguna taberna, la vida de soldado en general. Aunque lo que sí tenía claro es que su calidad como guerrero era superior, pues el entrenamiento era mucho más duro en los Guardianes, lo que lo forzaba a mejorar, y mejorar, y mejorar.
Cuando se disponía a cruzar una gran sala que comunicaba el patio De la Torre con el hall principal, Claiman se percató de que uno de sus compañeros, un tal…, Gulor, Grilor, luz!, como se llamaba?, lo cierto es que apenas había intercambiado un par de palabras con el resto del grupo y no se había quedado con su nombre, el caso es que vio como se dirigía hacia los jardines De la Torre, y aquel si que era un movimiento extraño, sabía que no tramaba nada peligroso pero decidió seguirlo por si podía sorprenderlo haciendo algo comprometido, como espiar a las novicias, algo que claiman no había hecho…, en las últimas horas.
Sigilosamente y a una distancia prudencial fue tras el otro cachorro. Vio como cruzaba los jardines, entraba en un pasillo y se agachaba para levantar algo del suelo
“¡Mira tú el tímido”! -pensó Claiman con una pequeña sonrisa, los movimientos habían sido demasiado automáticos, como si aquella rutina ya la hubiese hecho varias veces con anterioridad “Parece que nuestro joven Grulor ya le ha echado el ojo a alguna joven novicia”.
Antes de que su compañero pudiese percatarse, Claiman se ocultó tras una columna, necesitaba obtener algo más de información para dar los últimos retoques al divertido, aunque puede que no de todo correcto plan que empezaba a dibujarse en su mente.
El joven del que no podía recordar el nombre se alejó pasando apenas a unos metros de su posición, pero la suerte hizo que, en ese momento, no estuviese aplicando el entrenamiento en el que tanto les insistían, ¡y era normal!, cuando uno piensa en otras cosas es habitual cometer errores, y aquel no le iba a costar caro, quizá incluso le saliese bien.
Claiman mantuvo su posición, inmóvil, tras la columna, necesitaba ver que era lo que sucedía a continuación, y no tuvo que esperar demasiado, apenas unos minutos después una novicia, por cierto bien parecida, venía tapándose la boca con una mano ocultando lo que, sin duda, era una sonrisa traviesa. “Luz, y estas eran las futuras Sedais que debían proteger? ¡Que El Creador nos dé paciencia!”
1 El joven observó como la novicia, después de comprobar si había alguien en el pasillo (pero olvidando mirar algo más allá para suerte del cachorro), realizaba un movimiento igual de mecánico que el que había hecho antes su compañero, ¡ya estaba! Claiman tenía toda la información que necesitaba, no hacía falta ser un genio para saber lo que se proponían y, aquella ,podía ser una idea de la que todos saliesen beneficiados.
Una vez que la muchacha se encontraba en su dormitorio, Claiman dirigió sus pasos rápidamente hacia el patio de la guardia, ahora sí que necesitaba hablar con el cantinero, que buena excusa se le había presentado para acomodarse con sus viejos compañeros y dar buena cuenta de una, bueno, puede que dos o tres cervezas.
Claiman
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Curiosa invitación

Mensaje por Claiman »

Participantes, Claiman y Earadrien

Claiman llega a la carrera al vestuario de los Guardianes, una sala alargada, con bancos de madera a ambos lados, encima de ellos hay una serie de estanterías donde poder dejar la ropa manchada por el polvo del camino. En general, podría decirse que el mobiliario de la estancia es escueto. El joven cachorro busca con la mirada a sus compañeros de “manada”, pero no localiza más que a Earadrien. Se fijó en ese joven cachorro desde el día en el que entró en la torre. Recuerda cómo lo derrotó en apenas unos segundos, pero está seguro de que ha mejorado mucho. Con la respiración algo entrecortada por el esfuerzo de la carrera Claiman se dirige a joven:
-Esta..., esta noche.. –mientras Claiman intenta recuperar el resuello, Earadrien lo observa sin poder evitar fijarse en sus aires de grandeza. En opinión del cachorro, Claiman tiene pinta de ser demasiado chulo y tenerse muy creído su dominio de la espada- tenemos una fiestecilla preparada, ¿te apuntas?
-¿Habrá faldas?
-¿La rueda gira? –dijo Claiman mientras sonreía al cachorro divertido
-Si está bien engrasada, sí.
La sagacidad de Earadrien provoca una fuerte carcajada de Claiman, quien tras recuperar la compostura exclama:
-¡Por supuesto que habrá faldas! ¡Qué te piensas?
-Me parece estupendo, intentaré conseguir algo de las cocinas.
Eso sería fantástico, yo he hablado con mis viejos compañeros de La Guardia, ellos se han comprometido a conseguirnos bebidas –la emoción de Claiman ante una noche de jolgorio es palpable, en la lejanía recuerda la frase de “nada de faldas” que pronunció el instructor cuando inició su entrenamiento, pero la acalla rápidamente.
-¡Estupendo! ¡Cuantos más mejor! ¡Puede ser una noche inolvidable! –la emoción de Claiman parece ser contagiosa, al menos para Earadrien, quien tampoco es capaz de contener su alegría.
En medio de la conversación, Claiman se percata de que Earadrien está cambiándose después de la jornada de entrenamiento
-¡Perdón! –exclama, dándose cuenta de que igual debía haber sido algo más cauto al entrar y al abordar a su compañero- ¡no era consciente de que acababas de terminar tu rutina de entrenamientos –el joven se siente algo avergonzado- supongo que querrás cambiarte.
Earadrien sonríe divertido mientras asiente y continúa desvistiéndose para dirigirse a los baños que se encuentran al fondo de la estancia, esa naturalidad hace que Claiman se quede observando como el cuerpo de su compañero se ha formado y musculado en los últimos meses
-Ya no eres aquel enclenque que entró aquí –comenta Claiman con un tono de voz algo más serio- espero que tu capacidad con la espada sea mucho mejor.
-Intento mejorar día a día, formarme y llegar a ser un buen guerrero merecedor de una buena Sedai -el nuevo discurso de Earadrien hace que Claiman sonría al joven mientras un pensamiento extraño cruza su mente
-Estoy seguro de que llegarás a serlo –dijo Claiman, para después apuntillar- puede que no tan bueno como yo, pero...
-Tendré que enseñarte modestia cuando muerdas el polvo –las palabras de Earadrien parecen activar un resorte en Claiman, que de forma inmediata tira la espada que lleva al cinto al suelo.
-¿Quieres enseñarme ahora? –pregunta Claiman mientras todos los músculos de su cuerpo se tensan mientras alza su voz- ¿quieres?
-¡Probemos! –exclama Earadrien, con más agallas que consciencia.

Justo en el momento en el que Earadrien intenta dar el primer golpe, Claiman lo golpea ferozmente con una serie de rápidos puñetazos. Sin embargo, eso no amilana al joven Earadrien, quien, usando una espada de madera que se encuentra allí tirada intenta doblegar a Claiman con golpes rápidos. La velocidad de Claiman es notable y evita esos golpes sin mayores problemas, volviendo a atacar a Earadrien con una nueva serie de certeros golpes, haciéndolo caer e inmovilizando a su compañero, ahora rival, contra el suelo.
-Cuando vayas a dar el primer golpe, asegúrate de que es útil –susurra Claiman muy cerca del oído de Earadrien mientras cierra su brazo aplicando una fuerte llave al maltrecho cuello del cachorro- y lo más importante, asegúrate de tener a donde escapar si eso falla.
-Tendré que entrenar más –dijo Earadrien mientras intentaba recuperar la respiración, lo cual no parecía un trabajo fácil, y miraba mal a Claiman.
De pronto, Claiman pareció ser consciente de donde y que era lo que estaba haciendo y suelta a su compañero, ayudándolo a ponerse en pié.
-Yo te ayudaré siempre que lo necesites –dijo Claiman.
-¡Gracias!
-Pero no vuelvas a desafiarme si no tienes claro que puedas ganarme, ¿entendido? Y ahora, vístete, arréglate, ¡y consigue esa comida! –Claiman vuelve a estar sonriente- ¡Las novicias nos esperan!
-¡Búscame una buena! Y bueno, no te acerques mucho a una con un nombre extraño y algo hosca.
-¡No prometo nada! –-Claiman grita estas últimas palabras mientras está ya fuera de los vestuarios, dentro se queda el pobre Earadrien aún magullado pero sonriente, pensando ya en la noche que se avecina.
Irati
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(Relato) Hacia una noche de libertad

Mensaje por Irati »

Protagonistas: Kylerhia
Punto de vista: Kylerhia

Todas las novicias que estudiaban en La Torre Blanca estaban entusiasmadas con la llegada de la Noche de Invierno y, obviamente, Kylerhia no iba a ser menos. Las semanas de trabajo incesante en sus estudios estaban dejándose notar, pese a las horas dedicadas a vislumbrar a los cachorros y aprendices entrenando en las diferentes zonas reservadas para ellos era mucho cansancio y muy necesario un cambio en la rutina.

Los días previos a la festividad se habían convertido en algo muy parecido a una pesadilla, todas las novicias se vieron forzadas a ayudar más de lo habitual en las cocinas pues, como cada año, el comedor de La Torre rebosaría de comida de calidad para todo el mundo. Novicias, aceptadas y hermanas comerán por igual por una vez. “Nada de gachas de avena”, piensa Kylerhia con una sonrisa que no puede evitar que se escape de sus labios.

Los últimos días, la novicia ha estado estudiando en la biblioteca con su amiga Rhil, y la ha notado más sonriente que de costumbre. Sabe que se lleva muy bien con uno de los cachorros, y suelen tener noticias el uno del otro a menudo según le ha contado.

De hecho, alguna vez había visto al muchacho rondando el ala donde se encuentran las habitaciones de las novicias intercambiando alguna que otra palabra prohibida.

Tras terminar su tarea en la cocina, Laras decide que ya es hora de dar un respiro a todos los ayudantes incluyendo a las novicias. Kylerhia se dirigió rápidamente a su alcoba para dar unos últimos retoques a su rizado cabello y se dirigió hacia Los Jardines.
Rhilya
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NOCHE DE INVIERNO

Mensaje por Rhilya »

Participantes: Rhilya, Galor, Claiman, Kylerhia, Caluan, Shania, Earadrien, Albiashur, Fieddar

Era la Noche de Invierno, uno de los días más esperados de todo el año. Las calles de Tar Valon estaban iluminadas con farolillos de colores, los tenderos se habían esmerado colocando adornos en las puertas y toda la ciudad lucía un ambiente muy festivo. Los habitantes tanto de la isla como de las aldeas vecinas, realizaban apurados las últimas compras.

Mientras tanto, en la Torre Blanca, también era palpable el ambiente festivo, el bullicio de sirvientes colocando adornos en patios y jardines, la velocidad en las cocinas, e incluso las Aes Sedai mostraban un gesto más suavizado, dejando a las claras la importancia e ilusión de esa noche.

En el comedor se habían mandado preparar unos platos especiales, a saber: cochinillo de Cairhien, lomo alto de buey de las Colinas de Kintara, patatas al horno de piedra y distintas verduras asadas de acompañamiento.

En las aulas de novicias y aceptadas, así como en los patios de entrenamiento, el tiempo parecía correr más lento de lo normal, pero en cuanto sonó la campana que indicaba el final de la jornada, todos, tanto novicias y aceptadas, como cachorros y aprendices, corrieron a vestir sus mejores galas para disfrutar de una noche como aquella.

Mientras en los cuartos de novicias, se realizaban bonitos peinados, adornados con cintas y lazos blancos, y se escuchaban risas nerviosas; en los vestuarios de los cachorros lo que se escuchaban eran carcajadas, bromas soeces o comentarios sobre qué novicia o aceptada había estado mirando los entrenamientos más interesada de lo normal.

Al llegar el atardecer todos acudieron a los comedores degustando el banquete que les había preparado la señora Laras. Los chicos reían y gastaban bromas, las chiquillas soñaban despiertas y hasta las Aes Sedai parecían tener un gesto más expresivo de lo habitual.

Al caer la noche todos acudieron a los Jardines de la Torre para observar los fuegos de artificio. En medio del espectáculo de luces Galor vislumbró a Rhilya con un grupo de novicias que miraban embelesadas hacia el cielo. La chica aprovechó un descuido de sus compañeras y se fue corriendo hasta su cuarto.

Rhilya entró en su cuarto y esperó, llamaron a la puerta y con una sonrisa en su rostro abrió, encontrándose a Kylerhia, Shania y Caluan de frente. Las chicas sabían que algo tramaba y la habían seguido queriéndose unir a lo que sea que fuera. Kylerhia con una sonrisa, terminó de abrir la puerta de la habitación de Rhilya y empujó a todas las pequeñas dentro.

Rhilya no podía creerse que la hubieran seguido… ¡pero si había tenido mucho cuidado!.


Otro suave golpeteo sonó en la puerta, Rhilya se apresuró a abrir, era Galor que, al ver a todo el grupo de niñas dentro del cuarto no pudo más que quedarse estupefacto, dirigió una mirada a la novicia con un gesto interrogante y ella le respondió con una mueca. Antes de que pudieran tener tiempo para reaccionar, unas pisadas fuertes sonaron detrás del visiblemente molesto cachorro  y un brazo rodeó su cuello por detrás. Claiman, un chico fuerte, alto y rubio, agitaba a Galor como si quisiera sacarle el alma por la boca. Otras dos cabezas asomaron por la puerta, dos jóvenes a los que Rhilya conocería después como Albiashur y Earadrien

¿Creías que ibas a montar una fiesta sin nosotros? - dijo Claiman haciéndose el ofendido - ¿Acaso las querías todas para ti, bribón? - sonrió con sorna.

No os quedéis ahí parados, vamos, entrad!. Como os vea alguien os prometo que os hago trizas - exclamó Rhilya cogiendo el brazo de Galor y atrayéndolo hacia sí.

Mientras Claiman empezaba a ofrecer licor de dos botellas que extrajo de una mochila que colgaba en su espalda, Galor se llevó a Rhilya a un rincón. 

¿Te ha faltado tiempo para avisar a todo el mundo? - murmuró el joven ciertamente molesto - Llevamos eras sin poder hablar tranquilamente y ahora esto está lleno de críos…

Galor yo no he avisado a nadie, se han presentado tod…

Rhil, maldita sea… - Galor la interrumpió mientras la sujetaba por los brazos y apretaba suavemente - Déjalo, pásatelo bien - sentenció el cachorro mientras salía por la puerta de mal humor.

El acalorado momento hace que Rhilya suelte un improperio y se vuelva hacia los demás que están en grupos hablando y apenas han reparado en la breve conversación. Sin pensarlo dos veces coge un vaso que le ofrece Claiman y se lo bebe de un trago sin mirar el contenido.

Luz! Pero Kylerhia ¿qué llevaba eso? - pregunta con una mueca de asco.

No preguntes, Rhil - contestó su compañera mientras la cogía del brazo y la dirigía hacia el grupo de cachorros.

Rhilya no es capaz de comprender cómo, ni en qué momento, tanta gente ha acabado aquí dentro pero se han acomodado en la cama y en el suelo. Y..”qué es eso?…Albiashur ha traído una flauta? Si pensábamos pasar desapercibidos…” piensa mientras se acomoda en el suelo y se dispone a disfrutar del momento, si Galor quería irse enfurruñado era su problema, no pensaba ir detrás de él. Ni siquiera le había dejado hablar.

Mientras todos estos pensamientos se agolpaban en su cabeza, Rhilya se percata de que Kylerhia se acomoda a su lado y le pasa un brazo por encima mientras le susurra algo acerca de cierto ex soldado de la guardia. Las dos ríen y beben del extraño licor que Claiman había traído consigo. 

Galor se marchó sin mirar atrás.

Que los iban a pillar estaba clarísimo. Había que ser inútil para montar una fiesta de ese estilo, rompiendo de ese modo las reglas de la Torre. Y no es que a Galor le hiciera gracia la jodida norma de no interacción con las novicias.

Si haces algo, hazlo bien, o todo lo bien que puedas hacerlo. Bueno, de ese lío no podía protegerla.

Furioso, le dio una patada a una piedra del jardín, lo que hizo que se acercaran a preguntarle si estaba bien, no eran fechas para estar enojado. El chico dio una excusa cualquiera y aún enfurruñado, se dirigió hacia las estancias De la Torre, sin ganas de celebrar nada.

Si el castigo no era lo suficientemente fastidioso, Claiman y Albiashur iban a acordarse de él en las siguientes prácticas. Le iban a hacer incumplir la promesa que hizo antes de llegar a la Torre, los jodidos inútiles.

Mientras tanto, en el cuarto de novicias, el ambiente se estaba caldeando en aquel reducido espacio. Mientras Albiashur tocaba la flauta y cantaba a pleno pulmón. Kylerhia no hacía más que ponerle ojitos a Claiman, Caluan le enseñaba a bailar una giga a Shania y un tal Fieddar que se había unido a última hora no paraba de hacerle bromas a Earadrien.

PAF! Una almohada voló en dirección a Kylerhia. Rhilya se reía desde el otro extremo de cuarto y empezó a corretear chocando con todos, ya que el cuarto no era muy grande y estaba abarrotado, mientras Kylerhia la perseguía con la almohada en la mano.

El cuarto se llenó de plumas cuando la almohada que llevaba Kylerhia fue a parar a un jarrón que adornaba la única estantería del dormitorio. La pieza de cerámica se hizo añicos en el suelo provocando una gran carcajada grupal. Fue en ese preciso momento cuando se abrió la puerta y los jóvenes pudieron ver a Anari Sedai. Las risas se quedaron congeladas en rictus de pánico al tiempo que un silencio sepulcral inundó la habitación cuando la maestra de novicias atravesó el umbral.


Se puede saber...qué esta pasando aquí? - preguntó la maestra ciertamente furiosa mientras Kylerhia y Caluan se trataban de esconder tras Rhilya, Claiman buscaba un sitio donde hacer lo mismo y Earadrien lo detenía, sabiendo que en aquel momento nada podía hacerse ya.

Ella no... - susurró Kylerhia atenazada por una doble sensación de miedo y rabia.

¿Quién la avisó? - se pregunta Caluan, más para sí misma que para el resto.

Como no estéis cada uno en vuestras camas y acostados en menos de lo que canta un gallo, el castigo será aún peor de lo que vuestras insignificantes mentes puedan llegar a imaginar - el tono severo de la Sedai, junto con sus brazos en jarras y el ceño fruncido dejó a las claras que aquello no había sido del agrado de la maestra - os quiero mañana a primera hora en mi despacho - continúo la maestra al tiempo que repasaba con mirada severa a cada uno de los presentes percatándose de que también había cachorros - y en cuanto a vosotros, no creáis que vais a libraros del castigo, el maestro de guardianes será informado de esto -al tiempo que pronunciaba estas últimas palabras, Anari Sedai cogió a los cachorros con flujos de aire por la oreja y los sacó de la habitación.

Todos los asistentes a la fiesta salieron de allí a la mayor velocidad que les permitieron sus piernas dejando a Rhilya sola con la maestra de novicias. La joven, avergonzada y triste, pestañeó inocentemente buscando, quizá, un gesto de compasión que no parece verse reflejado en ningún sitio. 

Parece que el castigo que te impuse no ha sido lo suficientemente duro. Hablaremos mañana - sentencia Anari Sedai antes de abandonar también el dormitorio.
Rhilya
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EL CASTIGO A RHILYA

Mensaje por Rhilya »

Participantes: Rhilya y Anari Sedai (inmortal)
Punto de vista: Rhilya

Era Bel Tine, y lo último en lo que Rhilya podía pensar era en los festejos de ese día, que evidentemente no iba a disfrutar. Anari Sedai había ido a su cuarto a primera hora, parece ser que ya ni siquiera confiaba en ella para que acudiera a su despacho como le había indicado la noche anterior. Tenía un gesto muy serio y eso sólo significaban problemas para la muchacha.

Rhilya siguió a Anari Sedai hasta su despacho. En el trayecto sólo podía pensar en que todo lo que podía salir mal, salió mal la noche anterior.

Despacho de la Maestra de Novicias

Estas en el despacho de la Maestra de Novicias. Si eres una novicia o una Aceptada, y has sido llamada aqui, una de dos, o se te debe dar alguna noticia importante, o es que te has metido en problemas, y vas a ser castigada. El despacho es grande y lujoso, con bonitos muebles de encina, y sillas acolchadas. Una cortina semitransparente cubre el gran ventanal por donde entra la luz durante el dia.

Anari Sedai cierra la puerta tras la novicia.

Rhilya se frota las manos contra el vestido tratando de alisarlo..está muy nerviosa.

Anari Sedai camina hacia su escritorio y se sienta.

Anari Sedai dice 'Otra vez aquí'

Anari Sedai mira muy seria a la chica.

Rhilya está mirando al suelo, mira a la Aes Sedai y vuelve a mirar al suelo.

Anari Sedai dice 'Veo que Zelanna no ha sido capaz de cansarte lo suficiente'

Anari Sedai suspira profundamente.

Anari Sedai dice 'Eres capaz de decirme, Rhilya, cuántas normas de la torre habéis incumplido?'

Rhilya cruza las manos por delante del vestido y se las retuerce tratando de calmar sus nervios.

Rhilya mira a Anari Sedai.

Dices 'Yo...esto..'

Anari Sedai dice 'Veo que no'

Rhilya es incapaz de contar todo... reunión de novicias a altas horas de la noche...hombres en el cuarto de novicias...alcohol...

Dices ‘Muchas…Aes Sedai'

Anari Sedai dice 'Muchas, muchísimas. Casi todas las que podíais romper'

Rhilya se sonroja intensamente...no sabe qué puede acarrear esto...puede que incluso la expulsión?

Anari Sedai dice 'Sabes, por ejemplo, porqué no se permiten las reuniones entre novicias y cualquier hombre?'

Niegas lo que ha dicho Anari Sedai.

Anari Sedai dice 'Perfecto. Hay registros de las novicias expulsadas de la torre por este tipo de
cosas, de las consecuencias de sus acciones siendo aún niñas, como sois vosotras'

Dices 'No...Anari Sedai...'

Rhilya casi se atraganta al escuchar la palabra expulsión.

Dices 'Por favor, no quiero ser expulsada...'

Anari Sedai dice 'Cuando salgas de aquí, irás directa a la biblioteca. Las leerás todas, quiero ver un informe redactado por ti sobre lo que leas'

Anari Sedai suspira profundamente.

Anari Sedai dice 'Se que tienes amigos en los cachorros. Se que probablemente tu amigo fue quien llevó a los demás. Él también será castigado en consecuencia'

Anari Sedai dice 'Tal vez, si te haces una idea de lo que pueda sucederte, tal vez tus ganas de ser aes sedai te hagan cumplir esa norma en concreto'

Dices 'No..él..él no tuvo nada que ver en esto..'

Anari Sedai hace un gesto desestimando las palabras de la chica.

Anari Sedai dice 'De eso se encargará el maestro de guardianes'

Dices 'Él ni siquiera estaba allí....por favor Anari Sedai...cumpliré cualquier castigo que me sea impuesto'

Anari Sedai dice 'Sabes lo que puedes hacer con el poder, ahora que aún no tienes pleno dominio, si te descontrolas con el alcohol?'

Anari Sedai sigue hablando sin hacer caso de la defensa de Rhilya.

Anari Sedai dice 'Sabes, que si absorbes mucho, cosa que pasa fácilmente si estás borracha, te consumes?'

Dices 'Apenas fue un vasito.. Anari Sedai....'

Anari Sedai dice 'Nunca, nunca más sentirías el poder'

Rhilya se calla al pensar en las consecuencias de seguir hablando.

Anari Sedai dice 'Merece la pena, un vasito o dos?'

Niegas lo que ha dicho Anari Sedai.

Anari Sedai dice 'bien'

Llaman suavemente a la puerta y Anari Sedai da paso a una criada de unos 20 años

Anari Sedai dice 'ella es Terya. cuando quieras, puede contarte que sólo tomó un vasito'

Rhilya sabe que ha hecho mal...en qué momento se les ocurriría venir todos a la habitación?

Rhilya mira a la recién llegada.

La criada asiente, mirando muy seria a la novicia y murmura: ni un vasito, pequeña. O en vez de Aes Sedai, serás criada

Anari Sedai dice 'Quiero que quede claro, muy, muy claro'

A Rhilya se le encoge el corazón...no sabía las consecuencias que podía producir el alcohol.

Anari Sedai dice 'El alcohol puede hacer esto. Puedes perder el control. Sólo un segundo, Rhilya, y todo se acaba con respecto al Saidar'

Asientes a lo que ha dicho Anari Sedai.

Anari Sedai hace una señal a Terya y esta sale.

Anari Sedai dice 'queda claro?'

Dices 'Si, Anari Sedai'

Rhilya se encoge ante la mirada de la Maestra de Novicias.

Anari Sedai dice 'Esto no es un castigo. Ella vive bien en la torre. No se te echaría, ni se te abandonaría, pero tu vida cambiaría, para siempre'

Anari Sedai dice 'perderías todo lo que quieres'

Rhilya piensa que se ha comportado como una necia...Galor hizo bien al irse..

Anari Sedai dice 'hacer travesuras, una fiesta, juntarte con cachorros. son normas que no hay que incumplir, y que conllevan un castigo'

Rhilya asiente despacio ante las palabras de Anari Sedai.

Anari Sedai dice 'Esto, Rhilya, rompe tu vida. Rompe tu posibilidad de ser Aes Sedai. He traído a Terya para que veas que no es una broma. Es lo que quiero que te graves a fuego'

Anari Sedai permanece muy seria y con la mirada fija en la muchacha

Rhilya siente una profunda pena por la chica que acaba de irse...perder el contacto con la Fuente..para siempre.

Anari Sedai dice 'Bien, seguimos'

Rhilya tiembla al pensar que el castigo acaba de empezar.

Anari Sedai dice 'Veo que tus tareas no te cansan, si tienes fuerzas para esas fiestas al terminar el día'

Anari Sedai dice 'Después de la cena, acudirás a ver a Laras, todas las noches'

Dices 'todas..las noches, Anari Sedai?'

Anari Sedai dice 'Hay ollas que lavar. Espero que puedan dejarte suficientemente cansada para que puedas dormir bien'

Anari Sedai dice 'Durante dos semanas'

Rhilya suspira y asiente, no puede hacer mas que acatar lo que la Maestra decida.

Anari Sedai suspira profundamente.

Anari Sedai se levanta y coloca sobre la mesa una esterilla acolchada que toma de un armario.

Anari Sedai dice 'Vamos a ver si conseguimos que lo que hemos hablado no se te olvide '

Anari Sedai toma una zapatilla gastada de un estante y señala la mesa en la que está la alfombrilla.

Rhilya mira con pavor la zapatilla de la Maestra de Novicias.

Rhilya se acerca a la mesa.

Rhilya mira a la Maestra de Novicias sin saber bien qué hacer.

Anari Sedai dice 'Recógete la falda y apóyate en la alfombrilla'

Un sudor frio perla el rostro de la pequeña.

Rhilya se recoge la falda y se apoya sobre la esterilla.

Anari Sedai coloca una mano suavemente sobre la espalda de Rhilya y golpea con fuerza las nalgas de la chica con la zapatilla.

Rhilya traga saliva y aprieta los dientes.

Anari Sedai repite los azotes unas cuantas veces.

Las lagrimas cubren el rostro de la novicia.

Anari Sedai suelta a Rhilya y deja la zapatilla sobre la estantería.

Anari Sedai le hace una seña para que se levante y se sienta en el escritorio mientras ella se recompone.

Rhilya no recuerda que la hubiesen azotado nunca, y menos de aquella manera.

Anari Sedai dice 'No me hagas repetir esto'

Anari Sedai dice 'No quiero volver a verte aquí'

Anari Sedai dice 'Tienes potencial, mucho'

Anari Sedai dice 'Aprovéchalo'

Rhilya se seca las lagrimas que cubren su rostro.

Anari Sedai dice 'Zelanna te espera en la biblioteca para darte los registros'

Anari Sedai dice 'y Laras después de la cena'

Dices 'De acuerdo Anari Sedai...no se repetirá'

Anari Sedai dice 'Eso espero'

Anari Sedai le da un pequeño pañuelo a la novicia.

Rhilya coge el pañuelo que le tiende la Maestra y termina de limpiarse las lágrimas.

Dices 'Gracias, Anari Sedai'

Anari Sedai toma unos pergaminos y escribe mientras ella termina de limpiarse la cara.

Dices 'Puedo retirarme?'

Anari Sedai dice 'Si, vete'

Anari Sedai dice 'Recuerda, no quiero volver a verte por aquí'

Rhilya realiza una profunda reverencia.

Rhilya suspira, asiente y se apresura a salir del despacho.

Anari Sedai mira entristecida como la muchacha sale. Espera realmente no volver a verla y que la joven alcance sus objetivos, realmente, tiene mucho potencial.

La joven, magullada, se dirigió a la Biblioteca para empezar con el castigo impuesto por la Maestra de Novicias. Todos los demás miembros de la Torre acudían a los festejos, pero Rhilya daba gracias al Creador por no haber sido expulsada…lo tenía más que merecido. Apenas podía sentarse en los duros bancos de la Biblioteca, las horas se le hacían eternas estando allí, leyendo y leyendo quién, cómo y por qué había sido expulsada de la Torre siendo novicia.

El día transcurrió sin otro oficio que leer y completar el informe que le habían pedido, que por el volumen de registros, le llevaría no menos de dos semanas acabarlo. Acudió a los comedores a servir las mesas de las Aes Sedai, comió en silencio en una mesa apartada, no coincidió con sus amigas, con lo que asumió que ellas estarían cumpliendo su castigo.

Al terminar, volvió a la Biblioteca para seguir con la pesada tarea, tendría que organizarse mucho, ya que no solo tenía que hacer ese informe, si no que además tenía que ayudar a Zelanna Sedai con la tarea previamente impuesta.

Al terminar la tarde, estaba agotada, caminó hacia los comedores, ayudó a preparar la cena y engulló la suya sin mediar palabra. Seguidamente, fue hacia las cocinas, donde Laras la esperaba con el ceño fruncido y con la cuchara que llevaba en la mano, le señaló todas las ollas que debía fregar.

Cuando acabó, no deseaba hacer otra cosa si no llorar, no quería que nadie la viese en ese estado así que se fue presurosa a su cuarto, pero los pasillos estaban a rebosar de novicias, así que se fue hasta el establo del sur, el establo donde las novicias guardaban sus monturas y que a esa hora estaba vacío. Se escondió entre unos fardos de paja y dio rienda suelta al llanto.
Rhilya
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Registrado: 22 Nov 2022, 20:37

CASTIGO A LAS NOVICIAS

Mensaje por Rhilya »

Rhilya acababa de salir por la puerta y Anari Sedai se encontraba en su despacho, muy disgustada debido a la noche anterior. En todos los años que llevaba como Maestra de Novicias había que tenido que castigar a muchas chiquillas, pero no dejaba de dolerle tener que utilizar según qué métodos.

Quiso tener una conversación con ella en privado ya que no solamente había vuelto a incumplir las normas con una brevedad asombrosa, si no que había llenado su cuarto de hombres….cuando nosotras hacíamos chiquilladas no nos dejábamos atrapar tan fácilmente.

La Maestra de Novicias se acercó a prepararse un te, había mandado a llamar al resto de novicias participantes de la fechoría. Kylerhia, Shania y Caluan, menudo grupo habían formado, todas tenían un potencial asombroso, incluso la marina que seguía con aquel dichoso bloqueo. No dejaría que se echasen a perder tan pronto, tenía muchos planes para ellas.

Se sentó en su escritorio y comenzó a escribir unos pergaminos que les repartiría en cuanto llegasen.

A Shania, la mandaría con una de las hermanas del Ajah Marrón al río Erinin, tenía pensado hacerlo igualmente para tratar de romper su bloqueo, quizás si se encontrase en medio de una gran cantidad de agua…Le comentaría a la hermana la situación para que la hiciese encauzar día y noche. La Maestra de Novicias escribió todos los libros que quería que se llevase la novicia consigo, tendría que realizar un largo informe acerca de los distintos usos de la plantas acuáticas, otro acerca del uso del agua como elemento en los tejidos y otro más tedioso aun acerca de las truchas comunes del rio Erinin. La chica debe centrarse en romper su bloqueo, no asistiendo a fiestas nocturnas.

A Kylerhia, le tocaría pasar largas horas en la sala de curación, empleando su tiempo en algo útil, como ayudar a las hermanas del Ajah Amarillo con los enfermos que acudían diariamente a la Torre para curar sus males. Se encargaría de realizar un informe de todos aquellos que llegasen durante una semana, su diagnóstico y qué se utilizo para su curación, además de prepararles personalmente las comidas y arreglar las habitaciones diariamente.

A Caluan, le encargaría ayudar en la sala de recursos junto a la hermana del Ajah Gris y realizar un exhaustivo informe de todos y cada uno de los recursos que se necesitan en la Torre Blanca a diario. Además acompañaría a la hermana en su reunión semanal con los encargados del avituallamiento y logística del ejército de la Torre Blanca, realizando el debido informe.

La Maestra de Novicias esperaba que las chiquillas, con todo este trabajo más sus habituales deberes como novicias, se lo pensaran dos veces antes de volver a romper las normas de la Torre Blanca. Además, al igual que hizo con Rhilya, llamaría a Terya para que las novicias conociesen las consecuencias de tomar vino sin todavía ser capaces de encauzar y controlar el Poder Único como es debido.
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